martes, 26 de agosto de 2014

Nuestra Señora de Częstochowa

Nuestra Señora de Częstochowa


El Monasterio de Jasna Góra, Santuario católico más importante de Polonia, se fundó en el año 1382, después de haber recibido los Padres Paulinos un famoso icono bizantino, que según la tradición sería la ‘Odighitria’ atribuida a San Lucas, conocida como la Madonna Negra. En años posteriores este monasterio se convirtió en centro de peregrinaje, contribuyendo al crecimiento de la población adyacente de Czestochowa.

Uno de los documentos más antiguos de Jasna Góra establece que la pintura viajó desde Jerusalén, vía Constantinopla, hasta llegar finalmente a Czestochowa en agosto de 1382. Según la leyenda, después de la Crucifixión de Jesús, cuando la Virgen María se trasladó a la casa de San Juan, llevó consigo algunos artículos personales, entre ellos una mesa hecha por el mismo Redentor en el taller de San José. Se cuenta que, cuando las mujeres piadosas de Jerusalén le pidieron a San Lucas que hiciese una pintura de la Madre de Dios; fue la parte superior de esta mesa la que el Apóstol utilizó para pintar la imagen. Mientras aplicaba los broches y la pintura, San Lucas escuchaba con atención a la Madre de Jesús hablarle de la vida de Su Hijo; muchos de estos hechos fueron plasmados en su Evangelio.

La leyenda dice que la Imagen permaneció en los alrededores de Jerusalén hasta que fue descubierta por Santa Elena, en el siglo IV. El cuadro, junto con otras reliquias, fue trasladado a la ciudad de Constantinopla, donde el hijo de Santa Elena, el Emperador Constantino el Grande, erigió una Iglesia para su entronización. La Imagen de la Madre de Dios y el Niño fue honrada por el pueblo y permaneció en Constantinopla por quinientos años, hasta que se convirtió en objeto de varias dotes y así fue a parar en Rusia, específicamente en la región rusa que más tarde se convirtió en la actual Polonia. La Imagen vino a formar parte de las posesiones del príncipe polaco, San Ladislao, y fue instalada en un lugar especial de su palacio en Belz. Poco tiempo después, el castillo fue asediado por turcos musulmanes, una lanza enemiga penetró en la Capilla por una ventana hasta el icono, causando un rasguño en la garganta de la Virgen María. La lesión permanece hasta el día de hoy, a pesar de los muchos intentos hechos a través de los años para repararla.

Las crónicas narran que San Ladislao se determinó a salvaguardar la Imagen de posteriores invasiones de los musulmanes trasladándola a Opala, su ciudad natal, donde estaría más segura. En este viaje llegó a Czestochowa, lugar donde decidió pasar la noche. Y durante esta breve pausa de su viaje, la Imagen fue trasladada a Jasna Góra (que significa ‘colina luminosa’). Ahí fue colocada en una pequeña Iglesia de madera llamada La Asunción. A la mañana siguiente, después de haber colocado la Imagen con sumo cuidado en su carreta correspondiente, los caballos se rehusaban a moverse. Aceptando esto como una señal del Cielo de que la Imagen había de permanecer en Czestochowa, San Ladislao hizo regresarla solemnemente a la Iglesia de la Asunción. Esto ocurrió el día 26 de agosto de 1382, día que aún se observa como Fiesta de la Imagen de Nuestra Señora. San Ladislao ordenó la construcción de una Iglesia y Monasterio de los Padres Paulinos, quienes devotamente se han encargado de su cuidado por los últimos seis siglos.

La venerada Imagen fue puesta de nuevo en peligro por los husitas, movimiento que se adhirió a la reforma. Ellos invadieron el monasterio de los Padres Paulinos en 1430 y saquearon el suntuoso Santuario. Entre los objetos robados estaba la Imagen de Nuestra Señora. Después de haberla colocado en el vagón, los husitas avanzaron tan sólo una corta distancia antes de que los caballos se rehusaran a caminar. Recordando que un incidente similar había ocurrido a San Ladislao hacía unos cincuenta años atrás, y dándose cuenta de que la Imagen había sido la causa, los herejes arrojaron la Imagen al suelo. Ésta se quebró en tres pedazos. Uno de los ladrones sacó su espada, golpeó la Imagen y le causó dos cortaduras profundas en la mejilla; cuando se preparaba para golpearla por tercera vez, el Rostro de la Virgen María empezó a Sangrar, y el hombre cayó al suelo y se retorció en agonía hasta que murió; con pánico los asustados herejes retrocedieron dejando la pintura. Las dos cortaduras en la mejilla de la Virgen, junto con el daño causado anteriormente por la lanza en su garganta, han reaparecido siempre a pesar de los repetidos intentos de restauración. Otra leyenda concerniente a la Virgen Negra de Częstochowa es que la presencia de la Sagrada Pintura salvó a su Templo de ser destruido por el fuego, no sin antes que las flamas oscurecieran los pigmentos.

A la Virgen Negra se le atribuye también la milagrosa salvación del Monasterio de Jasna Góra en el año 1655, cuando el rey Carlos Gustavo de Suecia invadió el país y quiso tomar el Monasterio. El prior no quiso entregarse y los tres mil soldados del general Müller y sus 19 cañones se disponían a destruir el monasterio, defendido por 70 monjes y 160 paisanos. El asedio duró seis semanas, y al final se retiraron. El general Müller dijo que la Virgen se le había aparecido, obligándole a retirarse. Este evento condujo al Rey Jan Kazimierz a coronar a Nuestra Señora de Częstochowa, la Virgen Negra, como Reina y Protectora de Polonia en la Catedral de Lwów el 1º de abril de 1656.

Otro suceso importante fue la victoria de Juan III Sobieski sobre los turcos, que asediaban Lwów, conocida como ‘el Diluvio’. Ocurrió el 25 de agosto de 1675 y la victoria fue atribuida a la Virgen de Czestochowa. Los turcos tenían 300.000 hombres contra 6.000 polacos. Aquel día el pueblo se había reunido en oración y vio cómo el cielo se nubló de improviso y un extraño temporal se desató contra el ejército enemigo con granizo, rayos, truenos y relámpagos, que los hizo huir despavoridos.

Cercano a nuestros tiempos, el día 14 de septiembre de 1920, cuando el ejército ruso se estableció en el Río Vístula y se preparaba para invadir la ciudad de Varsovia, el pueblo recurrió a la Virgen María. Al día siguiente, fiesta de Nuestra Señora de los Dolores, el ejército ruso se retiró después que la imagen de la Virgen apareció en una nube sobre la ciudad. En la historia de Polonia, esta victoria es conocida como ‘El Milagro de Vístula’.

En 1948 la imagen de la Virgen de Czestochowa lloró en la catedral de Lublin. En 1967 la imagen del santuario lloró milagrosamente por segunda vez. Este santuario es el más famoso de Polonia.[1]




[1] Fuente: “Apariciones y Mensajes de la Virgen María, Primera Parte: Apariciones aprobadas por la Iglesia, Otras Apariciones”, de Ángel Peña O.A.R. – Lima, Perú, 2001.

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