lunes, 4 de mayo de 2015

Lunes I de la V Semana de Pascua - Hora Intermedia y Vísperas cantados


El Salterio en Cuatro Semanas

LUNES I DE LA SEMANA V DE PASCUA
Santos Felipe y Santiago, apóstoles (Fiesta).

HORA SEXTA


INVOCACIÓN INICIAL


V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno:

CUANDO LA LUZ DEL DÍA ESTÁ EN SU CUMBRE

Cuando la luz del día está en su cumbre,

eres, Señor Jesús, luz y alegría
de quienes en la fe y en la esperanza
celebran ya la fiesta de la Vida

Eres resurrección, palabra y prenda

de ser y de vivir eternamente;
sembradas de esperanzas nuestras vidas,
serán en ti cosecha para siempre.

Ven ya, Señor Jesús, Salvador nuestro,

de tu radiante luz llena este día,
camino de alegría y de esperanza,
cabal acontecer de nueva vida.

Concédenos, oh Padre omnipotente,

por tu Hijo Jesucristo, hermano nuestro,
vivir ahora el fuego de tu Espíritu,
haciendo de esta tierra un cielo nuevo. Amén.

SALMODIA


Ant 1. Aleluya, aleluya, aleluya.


Salmo 18 B

HIMNO A DIOS, AUTOR DE LA LEY

La ley del Señor es perfecta

y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante;

los mandatos del Señor son rectos

y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos;

la voluntad del Señor es pura

y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos;

más preciosos que el oro,

más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila.

Aunque tu siervo vigila

para guardarlos con cuidado,
¿quién conoce sus faltas?
Absuélveme de lo que se me oculta.

Preserva a tu siervo de la arrogancia,

para que no me domine:
así quedaré libre e inocente
del gran pecado.

Que te agraden las palabras de mi boca,

y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,
Señor, roca mía, redentor mío.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


Salmo 7

ORACIÓN DEL JUSTO CALUMNIADO

I

Señor, Dios mío, a ti me acojo,
líbrame de mis perseguidores y sálvame,
que no me atrapen como leones
y me desgarren sin remedio.

Señor, Dios mío: si soy culpable,

si hay crímenes en mis manos,
si he causado daño a mi amigo,
si he protegido a un opresor injusto,
que el enemigo me persiga y me alcance,
que me pisotee vivo por tierra,
apretando mi vientre contra el polvo.

Levántate, Señor, con tu ira,

álzate con furor contra mis adversarios,
acude a defenderme
en el juicio que has convocado.
Que te rodee la asamblea de las naciones,
y pon tu asiento en lo más alto de ella.
El Señor es juez de los pueblos.

Júzgame, Señor, según mi justicia,

según la inocencia que hay en mí.
Cese la maldad de los culpables,
y apoya tú al inocente,
tú que sondeas el corazón y las entrañas,
tú, el Dios justo.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


Salmo 7


II

Mi escudo es Dios,
que salva a los rectos de corazón.
Dios es un juez justo,
Dios amenaza cada día:
si no se convierten, afilará su espada,
tensará el arco y apuntará.
Apunta sus armas mortíferas,
prepara sus flechas incendiarias.

Mirad: el enemigo concibió el crimen,

está preñado de maldad,
y da a luz el engaño.
Cavó y ahondó una fosa,
caiga en la fosa que hizo;
recaiga su maldad sobre su cabeza,
baje su violencia sobre su cráneo.

Yo daré gracias al Señor por su justicia,

tañendo para el nombre del Señor altísimo.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.



LECTURA BREVE Hch 5, 12a.14


Los apóstoles hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo, y crecía el número de los creyentes, hombres y mujeres, que se adherían al Señor.


V. Guardaron los preceptos del Señor. Aleluya.

R. Las normas y mandatos que les ordenó. Aleluya.


ORACIÓN


OREMOS,

Señor, tú que nos alegras todos los años con esta fiesta de los santos apóstoles Felipe y Santiago, concédenos, por su intercesión, que, viviendo ahora íntimamente unidos a la muerte y resurrección de tu Hijo, podamos, en la eternidad, contemplar la gloria de tu rostro. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.

CONCLUSIÓN


V. Bendigamos al Señor.

R. Demos gracias a Dios.


VÍSPERAS

(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL


V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno:

TRISTES ESTABAN LOS APÓSTOLES.

Tristes estaban los apóstoles

tras sepultar a Cristo
que, a muerte despiadada,
lo sentenciaron los impíos.

Con dulces palabras, un ángel

a las mujeres dijo
que en Galilea el Señor
habría muy pronto de ser visto.

Mientras corrían presurosas

a hablar a los discípulos,
lo ven, besan sus pies,
pues se les aparece vivo.

Cuando lo saben los apóstoles

acuden velocísimos
a ver en Galilea
el rostro adorable de Cristo.

Sé, Jesús, de las almas júbilo

y pascual regocijo,
a tus triunfos asociamos,
que en la gracia hemos renacido.

Tribútese, oh Jesús, la gloria

a ti, que, ya vencido
el reino de la muerte,
nos abres lúcido el camino. Amén.

SALMODIA


Ant 1. Felipe, el que me ve, ve también a mi Padre. Aleluya.


Salmo 115

ACCIÓN DE GRACIAS EN EL TEMPLO.

Tenía fe, aun cuando dije:

«¡Qué desgraciado soy!»
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos.»

¿Cómo pagaré al Señor

todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.

Vale mucho a los ojos del Señor

la vida de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,

invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Felipe, el que me ve, ve también a mi Padre. Aleluya.



Ant 2. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto. Aleluya.


Salmo 125

DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,

nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.

Hasta los gentiles decían:

«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.

Que el Señor cambie nuestra suerte

como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.

Al ir, iban llorando,

llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto. Aleluya.



Ant 3. Si me amáis, guardaréis mis mandatos. Aleluya.

Cántico:

EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10


Bendito sea Dios,

Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

El nos eligió en la persona de Cristo,

antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,

por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,

hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan

que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Si me amáis, guardaréis mis mandatos. Aleluya.


LECTURA BREVE Ef 4, 11-13


Cristo ha constituido a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas, a otros, pastores y doctores, para el perfeccionamiento de los fieles, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud.


RESPONSORIO BREVE


V. Contad a los pueblos la gloria del Señor. Aleluya, aleluya

R. Contad a los pueblos la gloria del Señor. Aleluya, aleluya

V. Sus maravillas a todas las naciones.

R. Aleluya, aleluya

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R. Contad a los pueblos la gloria del Señor. Aleluya, aleluya


CÁNTICO EVANGÉLICO


Ant. Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis. Aleluya.


Cántico de María. 

ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,

se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,

porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:

dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,

acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis. Aleluya.


PRECES


Hermanos: Edificados sobre el cimiento de los apóstoles, oremos al Padre por su pueblo santo, diciendo:


Acuérdate, Señor, de tu Iglesia.


Padre santo, que quisiste que tu Hijo resucitado de entre los muertos se manifestara en primer lugar a los apóstoles,

haz que también nosotros seamos testigos de Cristo hasta los confines del mundo.

Padre santo, tú que enviaste a tu Hijo al mundo para dar la Buena Noticia a los pobres,

haz que el Evangelio sea proclamado a toda la creación.

Tú que enviaste a tu Hijo a sembrar la semilla de la palabra,

haz que, sembrando también tu palabra con nuestro esfuerzo, recojamos sus frutos con alegría.

Tú que enviaste a tu Hijo para que reconciliara el mundo contigo,

haz que también nosotros cooperemos a la reconciliación de los hombres.
Se pueden añadir algunas intenciones libres

Tú que quisiste que tu Hijo resucitara el primero de entre los muertos,

concede a todos los que son de Cristo resucitar con él, el día de su venida.

Oremos ahora al Padre, como Jesús enseñó a los apóstoles:

Padre nuestro...

ORACIÓN


Señor, tú que nos alegras todos los años con esta fiesta de los santos apóstoles Felipe y Santiago, concédenos, por su intercesión, que, viviendo ahora íntimamente unidos a la muerte y resurrección de tu Hijo, podamos, en la eternidad, contemplar la gloria de tu rostro. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.


CONCLUSIÓN


V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.

R. Amén.



Fuente: http://www.liturgiadelashoras.com.ar/

Fuente: http://gloria.tv/user/cQLjiwjCiN1

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